Templarios en España: Día 18 de julio
El Camino no es una carrera ni una competición, no hay trofeo para el que lo haga en menos tiempo ni para quien llegue a Santiago con más sellos.
El ritmo lo marca el tiempo del que dispones y la forma física en la que te encuentres.
Mucha información hay sobre cómo prepararte físicamente y que materiales son los más adecuados para iniciar el Camino. Está todo perfectamente medido y programado. Distancias entre etapas, señales para que no te desorientes, lugares de descanso…..
Y la preparación espiritual? . El Camino es una experiencia vital que convierte a todos en peregrinos aunque muchos comiencen como meros caminantes.
Como preparamos nuestras mentes a una experiencia tan intensa?
A mi modo de ver dos facetas son fundamentales:
1.- La historia del Camino. Conocer que es y porque está ahí. Descubrir el sentido por el cuál millones de hombres y mujeres pasaron por él antes que tú.
2.- La oración como herramienta de preparación espiritual antes y durante el camino. Si eres cristiano no practicante es probable que no hagas uso de la oración antes de ponerte en marcha pero es sumamente improbable que llegues a Santiago sin la necesidad vital de orar.
Nadie llega a Santiago espiritualmente igual que como salió de su punto de partida, ésa es la verdadera magia del Camino.
Para terminar me permito citar a Ortega y Gasset en una de sus más célebres frases : “Camina lento, no te apresures que al único lugar que tienes que llegar es a ti mismo”.