Templarios en España. Crónica día 4 de julio.
Con las primeras luces del día, ya se acercan los primeros peregrinos. Hoy los primeros en entrar a saludar al Santísimo han sido una pareja de Indochina. Un largo viaje sin duda, pero según sus propias palabras “Un viaje rico en espiritualidad.”
No son pocos los peregrinos que vienen de países asiáticos, la fe cristiana en esos países está echando profundas raíces.
Unos minutos de oración íntima y personal y continuan el camino. Han sido los primeros en arrodillarse delante del sagrario. Con esa acción, ya damos por cumplida nuestra misión misión del día, sólo por ese momento, merece la pena el esfuerzo que pueda suponer el estar aquí atendiendo espiritualmente a los peregrinos.
A lo largo de la mañana un constante rosario de peregrinos ha seguido pasando por las puertas de la iglesia. Los que se han decidido a entrar, lo han hecho por diversos motivos, los que les atrae el arte, los curiosos, los que piden el sello de la Compostela. Pero queda un grupo que lo hacen para encontrarse con el Señor. Agradecen infinitamente el encontrar abierta la iglesia.
Infinidad de anécdotas se podrían contar de tan sólo un día. Como un señor que al encontrarse frente a frente a la pila bautismal, se ha emocionado a tal punto que se le ha saltado las lágrimas. Cierto que la pila bautismal es una joya única del románico y él era muy consciente. A tal punto, que, ante la emoción, nos hemos ofrecido a inmortalizar el momento haciéndole una fotografía junto a la pila bautismal. Su respuesta ha sido lapidaria. Muchas gracias, pero no puedo estropear esa foto con mi cuerpo.
Y así ha ido pasando la mañana, entre anécdotas, curiosidades y sobre todo mucho agradecimiento por nuestra presencia. Al final los agradecidos somos nosotros por poder recibir esas muestras de gratitud, y sobre todo sentir que lo que hacemos sirve para la causa de Dios.