LA PROCEDENCIA DE LA SABANA SANTA. ESTUDIO DEL CENTRO ESPAÑOL DE SINDONOLOGÍA
Investigaciones realizadas
Procedencia del lienzo
Max Frei
Comenzaremos por el estudio que hizo el profesor Max Frei. Max Frei era un perito de la Interpol, de la policía Internacional, famoso por algunas de sus investigaciones. Era botánico e hizo un análisis palinológico. ¿Qué es la palinología? El estudio del polen. Él sabía, como saben los científicos de los laboratorios de la policía actualmente, que en todos los tejidos se van quedando, a lo largo de las distintas primaveras, restos del polen que flota en el ambiente.
Este estudio palinológico se iniciaba con la toma de muestras. Apretando unas cintas adhesivas sobre el Lienzo se retiraba algunos de los restos de la suciedad depositados sobre la tela. El análisis posterior permite aislar e identificar los granos de polen encontrados.
En una imagen ampliada del tejido vemos que sobre las muestras del lino se ve mucho material añadido, es decir, la tela está muy llena de material orgánico o inorgánico que se ha ido depositando a lo largo de los siglos. Pero si nos fijamos en la zona inferior izquierda tenemos una especie de bolita. ¿Qué es eso? Pues eso es un grano de polen. Eso era lo que le interesaba estudiar concretamente al Profesor Frei. Evidentemente el estudio palinológico es muy difícil. Los palinólogos saben que es muy complicado obtener un resultado sobre el estudio de este tipo, un resultado que sea muy significativo. Pero sí que hay algunas cosas que se pueden saber.
Lo primero sería decir que tanto con microscopio óptico como con microscopio electrónico se aprecia que existen diferencias notables entre los granos de polen de las distintas especies. No es fácil identificarlos por géneros y especies y existe un margen importante de error.
Lo que dijo Frei en su estudio, es que había encontrado un alto porcentaje de granos de polen de plantas que viven en zonas desérticas, que se llaman plantas halofitas. Eso es lo que Frei publicó en algunos congresos sobre la Sábana Santa, pero desgraciadamente murió antes de poder completar su trabajo, por eso, en ocasiones, se ha dicho que el estudio de Frei no vale, porque no tiene una publicación científica detrás. Es verdad, pero sólo relativamente, porque muchas de las cosas que dijo Frei se han comprobado después, sobre todo que dentro de esa cantidad de especies que él identifica, prevalecen, hay casi un 75% de plantas de zonas desérticas.
Lo que hizo el Dr. Frei concretamente fue recorrer aquellos lugares donde según la historia la Sábana habría pasado, de ser auténtica, y comparar con los pólenes de las plantas de esas zonas los que había identificado en la Sábana. Efectivamente hay muchas plantas que son propias de todas las zonas, por ejemplo muchas plantas que crecen en todas la cuenca del Mediterráneo y lógicamente se encuentran en muchos lugares. Pero limitándonos a aquellas especies que son características de zonas desérticas, como digo, hay una enorme cantidad. Si la Sábana fuera medieval y no tuviera una antigüedad más allá del año 1300 o 1400, sería difícil poder explicar que hubiera tal cantidad de plantas desérticas, porque sabemos que desde esa fecha aproximadamente desde el 1300, la Sábana no ha salido de Francia o de Italia y sin embargo hay muchos pólenes que no crecen en esas zonas.
Max Frei murió sin hacer un estudio definitivo del
polen, por lo que fue completado y rectificado, pero en gran parte ratificado,
por dos profesores de la Universidad hebrea de Jerusalén que son el profesor
Avinoam Danin y el profesor Uri Baruch. En un congreso de Sindonología en 1998,
realizado en Turín, hicieron público su estudio.
Pero además, como botánicos que son, han intervenido en congresos de Botánica y
han hecho una serie de publicaciones de carácter científico.
Lo que podemos decir, con relación al polen, es que ese polen nos indica que el origen de la sábana no puede ser Europa, tiene que haber estado bastante tiempo fuera de Europa y eso antes del siglo catorce, porque después ya no ha salido de ella. Pero, concretando más, los profesores Baruch y Danin lo que nos dicen en sus publicaciones son cosas muy curiosas. Vamos a citar una concretamente.
Destacan que hay granos de polen de dos especies, la Gundelia tournefortii y la Zygophyllum Dumosum que se encuentran en las muestras que tomó Frei de la Sábana, y que destacan por su abundancia.
Son plantas muy raras, la prueba es que en español no tenemos siquiera nombre para ellas, las conocemos solamente por su nombre científico, puesto que aquí no ha existido un nombre distinto. La Gundelia tournefortii, que se encuentra en el mundo en la zona que hemos destacado con el color naranja, sólo coincide con la Zigophyllum dumosum, que se extiende solamente en la zona que hemos marcado de verde, en los alrededores de Jerusalén. Curiosamente son plantas que producen en polen entre marzo y abril, que es el tiempo más o menos de la Pascua, y curiosamente las dos en los alrededores de Jerusalén. ¿Es esto suficientemente significativo como para decir que la Sábana Santa estuvo allí en el tiempo de la muerte de Jesús? Pues quizá no, pero es un dato significativo y revelador. No es un dato determinante, pero desde luego nos habla de la posibilidad de que así fuera.
¿Para qué nos sirve, por otra parte, el estudio del polen? Pues el polen corrobora lo que algunos historiadores dicen que fue el itinerario de la Síndone, desde que salió de Jerusalén hasta que llegó a Turín. Veamos este itinerario con un poco de detalle.
El posible itinerario de la Síndone
En primer lugar, si la Sábana Santa de Turín fuera realmente la de Cristo y pudiéramos reconstruir este itinerario, tendríamos que partir de un momento clave que es el hallazgo de esta tela en el sepulcro en la mañana de la Resurrección.
Pedro y Juan se habrían encontrado la sábana que había envuelto el cuerpo de Jesús, sin el cadáver dentro. Nosotros nos encontraríamos desconcertados ciertamente, porque no es normal que cuando uno entierre un cadáver, a las pocas horas se encuentre que no está, pero para un hebreo además sería un verdadero problema qué hacer con el lienzo que lo envolvía.
Los hebreos tenían reglas para regular cada aspecto de la vida con absoluta precisión, pero esta circunstancia no estaba prevista en ningún sitio, no sabrían que hacer en este caso. Era una tela funeraria, y, además manchada de sangre. Para los hebreos la sangre tiene un doble carácter, ante todo producía impureza, ocho días de impureza. Mancharse con sangre suponía como si estuvieran en pecado mortal: quedaban inhabilitados para, por ejemplo, rezar en el templo y hacer una serie de cosas. Pero por otra parte pensaban que en la sangre estaba el alma (así lo dice el A.T.) y debía quedar con el cuerpo. Cuando se envolvía un cadáver en una tela, esa tela no la tocaba nadie y se quedaba en el lugar de la sepultura. En el caso de la Sábana Santa, se supone que cuando ellos llegan el Domingo de Resurrección, no está el cadáver y entonces ¿qué hacer con la tela? ¿Dejarla abandonada? No es posible: Allí está el alma del difunto, el alma de Jesús… y le sería necesaria para el día de la resurrección, (que los judíos pensaban que sería “el último día”) Pero tampoco podían venerar un lienzo mortuorio porque era un objeto impuro… un objeto que no se puede venerar. Para los Apóstoles que eran judíos, debió ser un problema grave resolver el dilema. La primera comunidad difícilmente hubiera venerado la Sábana, pero también difícilmente la hubiera abandonado o tirado. No se podía hacer ni una cosa ni otra. Entonces ¿qué hacer? Algunos historiadores como Ian Wilson han encontrado la solución. Según estos lo que hicieron fue camuflarla, de manera que no pareciera algo funerario. Esto explica que no haya menciones a la Síndone en los primeros siglos del cristianismo y sin embargo aparezcan frecuentes referencias a una Imagen “auténtica” de Cristo que se veneraba en la localidad de Edesa.
Tenemos escritos al menos desde el año 400, que recogen una tradición anterior, que nos dicen que en Edesa se veneraba una imagen de Jesús.
La Síndone es llamada de tres maneras
- Imagen aquiropita (que significa no hecha por mano humana, es decir imagen milagrosa).
- También se le llama tetradiplon, es decir doblada en 8 partes (cuatro por dos) de manera que quedaba viéndose solamente la zona en que estaba el rostro (pero sabemos que si estaba doblada en 8 partes debía ser mucho mayor que la parte visible)
- Además se le llamaba mandilión que sería el equivalente a sudario en siríaco.
Mandilión
O sea que lo que nos dicen fuentes documentales ajenas a la Síndone es que existía en Edesa, una antigua ciudad de Siria y que actualmente se llama Sanli-Urfa y pertenece a Turquía, un lienzo que tenía la imagen del rostro de Jesús, pero mucho más grande de lo que se mostraba, y que era su imagen auténtica, no pintada. Eso ¿tiene que ver con la Sábana de Turín? En principio parece que no, parece que estemos hablando de un “Santo Rostro” o algo así.
Sin embargo sabemos que el mandilión de Edesa fue llevado en el año 944 desde la localidad de Edesa hasta Constantinopla. Y sabemos lo que se dice cuando se recibe solemnemente y se venera esa imagen. Teóricamente la Imagen era sólo del rostro pero en documentos del siglo X se describe que tiene el cuerpo completo de Jesús, con unos tonos desvaídos, que no tiene colores, que parece una marca de humedad, (como la Síndone). Y no solamente se dice que tiene el cuerpo completo, sino que tiene sangre… tenemos incluso un documento del año 944 que nos dice que se veía “la herida del costado”. La herida del costado solo nos puede indicar que se trata de la Sábana lo que ellos llamaban mandilión, porque después de la herida del costado lo que hicieron con el cadáver de Jesús fue enterrarlo. Una imagen de Jesús con la herida en el costado es una imagen de su sepultura, no puede ser otra cosa.
En Constantinopla
La Imagen de Edesa se conservó en Constantinopla hasta la IV Cruzada, cuando unos caballeros franceses la robaron. Este robo está perfectamente documentado por el cronista de la IV Cruzada, Robert de Clary.
La IV cruzada da mala fama a las cruzadas porque se desvió de su objetivo y terminó con el saqueo de Constantinopla. Buscaban un rendimiento económico y parece ser que ya no lo podían encontrar en la zona de Jerusalén y alrededores que estaba ya muy destruida y terminaron devastando una ciudad cristiana. Casi nadie dice que se ganaron la excomunión del Papa (a veces parece poco menos que el Papa estaba a favor de este tipo de cosas. No es cierto. El Papa se indignó).
Este saqueo de Constantinopla supuso el robo de riquezas y de reliquias y entre ellas la santa Sábana. Un documento de queja al Papa, fechado en 1205 y escrito por el hermano del emperador bizantino depuesto dice es que los “galos” han robado “el lienzo – literalmente dice el linteum – que envolvió el cuerpo de Jesús en el sepulcro”, y añade que se lo han llevado a Atenas. Es decir, es un dato histórico que los franceses fueron los ladrones.
Y ¿qué paso con ese lienzo? Lo que pasó no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que unos años después, alrededor de 1300, aparece en el norte de Francia, concretamente en la localidad de Lirey un lienzo que responde completamente a esta definición. Hay diversas teorías que vinculan a los saqueadores de Constantinopla con la familia de quienes muestran la Sábana en Lirey y no es descabellado pensar que existe una relación entre ellos.
Lo que es seguro es que la tela que aparece en Lirey, alrededor de 1300, es la misma que está ahora en Turín y esta tela tiene polen de plantas que crecen en los alrededores de Jerusalén, plantas idénticas a las que crecen en los alrededores de Edesa y en los alrededores de Constantinopla. ¿Podría ser la Sábana de Turín la misma tela robada por los saqueadores de Constantinopla en 1204? Parece bastante razonable establecer esta relación.
A partir de aquí la historia no plantea ningún problema porque de Lirey sabemos perfectamente que la Sábana es llevada a Chambéry, que era la capital del ducado de Saboya.
La familia de los Charny eran los que habían mostrado por primera vez la Sábana en Francia, y es en concreto Margarita de Charny la que la entrega al duque de Saboya, quien la traslada a su castillo de Chambéry.
Cuando, en 1478, con ocasión de una visita de S. Carlos Borromeo, se le presenta una oportunidad, el duque de Saboya traslada la Síndone a la nueva capital del ducado que es Turín.
La Sábana de Lirey es la misma que la de Turín y esto está totalmente documentado. Este itinerario es un itinerario perfectamente verosímil y tenemos suficientes datos para reconstruirlo.
Sin embargo lo más interesante del estudio de la Sábana no es el itinerario de la tela, ni su edad, ni su origen, que es de lo que hemos estado hablando hasta ahora. Lo realmente impactante y lo que hace única a la Síndone es la Imagen que contiene.
Fuente: http://www.linteum.com/la-sindone-investigaciones-estudios.php