LA PRECEPTORÍA DE ESPAÑA DE LA ORDEN DE LOS POBRES CABALLEROS DE CRISTO – MILITIA TEMPLI.
NUESTRA INVESTIDURA
Este próximo mes de febrero harán ya 9 años de la investidura de los primeros cinco caballeros españoles pertenecientes a la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo – Militia Templi, como cada día, leo un capítulo de la Regla de la Orden y hoy, después de 9 años y desde ese compromiso, quería poner en valor el significado de la investidura haciendo alusión a la regla.
Nuestra Regla constituye un Código de conducta y la asunción de un compromiso que se sella de manera formal en el acto de la investidura, en principio sería la forma más fácil de describir lo que significa investirse como miembro de la Militia Templi pero como decía, en la Regla se puede sacar mucho más sentido a este acto, a mi personalmente la esencia del mismo en lo que se refiere a mi “paso adelante”, a decir “si quiero”, lo constituyen los dos párrafos siguientes:
“Os exhortamos, pues, a vosotros para que os preocupéis por estar unidos para siempre al número de los que el Señor eligió entre los pecadores y que ordenó por su misericordia libre para la defensa de la Santa Iglesia”.
“ En primer lugar, quienquiera que seas, Caballero de Cristo que eliges un modo de vida tan santo, tienes que aplicar a tu profesión una atención pura y una firme perseverancia: la misma es reconocida por Dios como digna, santa y sublime hasta tal punto que, si viene siendo observada con perseverancia, conllevará como premio la gracia de formar parte de los Caballeros que dieron por Cristo su alma”
Esta es la esencia de la investidura, este acto para nosotros no es algo pomposo, algo que nos dé una dignidad o título, ni mucho menos, es todo lo contrario, en él, se nos pide que seamos nosotros los que nos comprometamos en el seguimiento de un camino , es el camino del católico comprometido y sin complejos, el del hombre que asume como propios unos principios por los que se regirá el resto de su vida.
Pero realmente cual es el entronque, el nexo de unión de los que hemos elegido esta forma de vivir nuestra fe con la palabra “caballero”, se critica por algunos el hecho de que con la investidura seamos nombrados Pobres Caballeros de Cristo, ¿porqué lo de Caballero?, creo que la respuesta es sencilla, como comentaba anteriormente, no se trata de una dignidad ni ningún título, el Caballero tal como es descrito en los antiguos tratados de caballería, es el defensor de la fe, de los pobres, de los que no tienen nada, ha de ser un modelo de virtudes y estar siempre al lado del más débil, ese es nuestro verdadero juramento, ese es nuestro compromiso durante la investidura, esa es nuestra consagración de por vida a dar lo mejor de nosotros para seguir ese camino, y si no nos salimos de él, tal y como dice nuestra regla el premio será la gracia de formar parte de los Caballeros que dieron por Cristo su alma. Cuan cierto es que si obramos de esa forma y con esos fines jamás nos equivocaremos, una vez leí una entrevista de una persona a la que admiro mucho y que decía que las únicas veces que estaba segura de no equivocarse era cuando ayudaba a una persona que lo necesitaba, me estoy refiriendo a la Madre Teresa de Calcuta.
Es cierto que la Orden del Temple, la antigua Orden, desapareció hace ya mucho tiempo pero el espíritu sigue y debe continuar en los que hoy pertenecemos a la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, a ese Temple que hoy sigue con los mismos objetivos que hace centenares de años, hoy no hay cruzadas como antes, pero se libran otras batallas muy importantes, la fe católica, el cristianismo, es el alma de nuestra civilización occidental y que mejor forma de atacar nuestra civilización occidental que atacar su alma, que mejor forma de atacar su ADN, pues por desgracia eso está pasando, se está atacando de múltiples formas y desde distintos frentes, fuera de Europa en no pocos lugares el cristianismo está siendo perseguido, se intenta su eliminación y es curioso que es precisamente en Oriente, en Tierra Santa, donde nació donde con más saña se está intentando hacer desaparecer. Pero no nos confundamos, desde dentro de nuestra propia casa en nuestra vieja Europa también se está intentando separar al hombre de Dios, se comenzó haciendo ver que se puede ser católico a la carta, se continuo con la estandarizada frase de que “yo creo en Dios pero no en la Iglesia” y hoy ya se está avanzando en la idea de que Dios molesta para vivir nuestra vida en plenitud y por eso se ataca ya de forma descarada todo lo que tiene relación con la religión, con la iglesia etc. Pues es ahí donde tenemos que estar los Pobres Caballeros de Cristo, es ahí donde adquiere mayor significación nuestro compromiso durante la investidura y las tres palabras que nos identifican, la de “Pobres” ya que se nos tiene que ver como humildes personas que desde nuestras fuertes convicciones y nuestra auténtica fe sin fisuras podemos hacer frente a todos estos ataques que está recibiendo nuestra Iglesia Católica y ser paladines de la misma en defensa de todo lo que significa , la de “Caballeros” porque Dios nos ha dotado de un arma que puede estar a la altura de la mejor arma que sea empleada por nuestros enemigos, Dios nos ha dotado de una armadura esplendida, nos ha dado la armadura de la fe con esa armadura podemos detener todos los ataques que nos dirijan y por último “somos de Cristo” puesto que es a Él al que servimos y al que nos hemos consagrado en nuestra investidura, esta es nuestra identidad esos somos los Pobres Caballeros de Cristo y en estos tiempos que vivimos necesitamos a nuestro lado personas que tengan esa convicción y que quieran comprometerse en cuerpo y alma en esta tarea.