Templarios en España. La ruta del Santo Grial en España, que viajó de Huesca a Valencia.
El Año Jubilar del Santo Cáliz, que finaliza el 28 de octubre, es una ocasión para visitar la catedral de Valencia o para recorrer la ruta que siguió la histórica copa.
Este año, hasta finales de octubre, Valencia celebra su Año Jubilar, un buen motivo para acercarse a la catedral o incluso para hacer la ruta completa que pudo seguir el Santo Cáliz desde su llegada a España, por Huesca, a su ubicación actual en Valencia.
Son algo más de 500 kilómetros en los que ya se han visto algunos peregrinos (nada que ver con los caminos que llevan a Santiago), como los de la parroquia Los Mártires Valencianos, que han contado su excursión en los periódicos.
Según se cree, esta historia empezó en tiempos de Sixto II, que fue ejecutado en el año 258 en plena persecución contra la Iglesia. Su diácono, San Lorenzo, se preocupó entonces de poner a salvo el Santo Cáliz que San Pedro había llevado desde Tierra Santa a Roma. San Lorenzo, como se sabe, fue asado vivo en una parrilla. Pero el hoy patrón de Huesca habría conseguido enviar el cáliz a su ciudad natal antes de ese insoportable martirio.
La primera etapa española del Santo Grial podría situarse en la ermita de Loreto, a tres kilómetros de Huesca. Puede ser el principio de nuestra ruta. Dicen que en 553 el Grial fue trasladado a la Iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca, construida por el Obispo Vicencio precisamente para contener la sagrada reliquia, y donde pudo estar hasta el año 711.
Durante la invasión musulmana, el vaso habría sido pasado por diferentes refugios: la Cueva-Ermita de Yebra de Basa, en la comarca del Alto Gállego; el monasterio de San Pedro de Siresa, donde se dice que estuvo del 815 al 831; o, ya en el siglo XI, San Pedro de la Sede del Real de Bailo, la catedral de Jaca y, por supuesto, el monasterio de San Juan de la Peña, donde habría permanecido hasta 1399, antes de ser trasladado a Zaragoza, Barcelona y Valencia, donde habría llegado en 1424 de mano del rey Alfonso el Magnánimo.
La Capilla del Santo Cáliz, donde puede contemplarse ahora, exhibe esta pieza desde 1916. Y al verla, pequeña, algo alejada del público por las medidas de seguridad, surgen esas preguntas que llevan haciéndose los expertos desde hace cientos de años, y que esencialmente se reducen a una: ¿será la auténtica?
La pasión por el Santo Grial ha cautivado la imaginación de historiadores, directores de cine, religiosos y… turistas, sobre todo en este Año Jubilar. Monseñor Carlos Osoro solicitó en 2014 a la Penitenciaría Apostólica un Año Jubilar del Santo Cáliz, con las prerrogativas correspondientes. Tras la aprobación de la Santa Sede, el primer Año Jubilar fue en 2015. El segundo, ‘Cáliz de la Pasión’, comenzó el 25 de octubre de 2020 y finalizará el 28 de octubre de este año.
El grial valenciano está compuesto por un vaso de siete centímetros de altura y 9,5 centímetros de diámetro, de ágata, que podría corresponderse con la época, el comienzo de la era cristiana; y un pie con asas añadido posteriormente. Claro que a lo largo de la historia se han identificado otros posibles vasos como los utilizados en la Última Cena, sobre todo el que puede verse en León, conocido como el Cáliz de doña Urraca y guardado en la colegiata de San Isidoro.
Más allá de la autenticidad del cáliz, la ruta del Santo Grial, en Aragón y la Comunidad valenciana, está llena de puntos de interés, como los citados en estas líneas. Y el refugio actual del Cáliz de Doña Urraca, la colegiata de San Isidoro, puede considerarse como una capilla sixtina del románico. Allí luce su belleza y su misterio, protegido en una urna de cristal. ¿Qué más se puede pedir para seguir los pasos del Santo Grial?